Sobre la obra de Francisco Jordán

Tal como en la aventura más azarosa, adentrarse en “Trabajar jamás”, es seguir la ruta de las provocaciones constantes de la imaginación de Francisco Jordán. Es una ficción ágil, precisa y en una misma línea de tiempo, sin fin.  Pero ese viaje se detiene mágicamente en la parada menos calculada,  tal como en la realidad. Un perro que ladra, un ojo palpitante o un árbol de figuras que terminan en otra cosa son estímulos visuales y narrativos indispensables. La obra de Francisco Jordán es un sistema frontal de copiosa lluvia de ingenio que se extiende irónica y hábilmente como un dialecto inteligente que sólo él puede construir y descifrar.