Silente

Aprender a oír, aprender a callar. Aunque parezcan una misma cosa, aunque bailen de un lado al otro y se cubran con colores púrpuras y caleidoscópicos. Ó aunque se tiñan enteros y se pinten la cara como mimo, no son lo mismo.

Silente es estar mirando la cordillera. Es desentrañar un problema sonoro y resolverlo mentalmente. Es ser vidente en el silencio. Cómplice del andar del río. Verlo como escapa a la ciudad sin que nadie lo atrape y no delatarlo jamás.

Callar es escuchar a otros. Es encontrar sus sujetos y predicados, es hallar culpables. Callar es hablar del presidente en tercera persona y no decirlo en primera. Es llevar apellido sin tener alcurnia